La Asamblea General de la ONU ha subrayado recientemente que los factores ambientales, sociales y económicos están conectados al reconocer que el medio ambiente limpio, saludable y sostenible es un derecho humano. A la luz de los crecientes déficits naturales y sociales, incluso la neutralidad empieza a ser vista como un nivel de ambición insuficiente. Es hora de desarrollar la capacidad natural y humana a través de la regeneración.
El capitalismo regenerativo requiere nuevos modelos de negocio. La mitad de la Generación Z vive en países con alta vulnerabilidad al cambio climático pero baja preparación para responder a él, según el Estudio de valor sostenible 2022 de Ernst & Young. Es momento de “continuar creando viejas formas de riqueza de nuevas maneras o generar nuevas formas de riqueza por completo”, en palabras de John Elkington, conocido como el “padrino de la sostenibilidad”.
Las dimensiones de un futuro regenerativo se están manifestando alrededor del mundo y están propiciando la aparición de emprendedores de impacto, de las denominadas B-corps y de innovadores de base tecnológica. En un informe para la Comisión de Empresas y Desarrollo Sostenible, el equipo de Elkington identificó aproximadamente 60 tipos de modelos de negocios, como franquicias, freemium, push-to-pull, plataformas multifacéticas y open source, que se pueden utilizar para expandir el impacto positivo de los negocios.
Los enfoques regenerativos pueden estar basados en la naturaleza, en las nuevas tecnologías o en nuevas formas de colaboración. Saber incorporarlos a la actividad de las organizaciones, sean pymes, grandes corporaciones o entidades de gestión público, puede ayudarlas a avanzar más rápidamente en los objetivos de sostenibilidad. De ahí el interés con el que están siendo recibidos por los inversores. De hecho, el discurso sobre Regeneración del director ejecutivo de Walmart, Doug McMillon, en 2020, se considera un referente para calibrar la dimensión del debate empresarial en la actual década.
En su estudio, EY identifica algunas estrategias posibles. Una de ellas consiste en aprovechar la biología sintética y el microbioma, ya que los microorganismos, como las bacterias, los hongos y las algas, desempeñan funciones esenciales en los sistemas vivos. La biología sintética podría proporcionar una alternativa clave para realizar esa función vital.
Otra propuesta es sustituir el petróleo y las materias primas animales por insumos agrícolas en el proceso de fabricación de productos industriales y de consumo, así como favorecer el biorreciclaje de plástico. Las cerca de 300 empresas privadas que operan ya en el sector de las imágenes satelitales y los sensores remotos pueden ser claves para la monitorización y predicción en tiempo real de las emisiones de gases de efecto invernadero, deforestación y pesca ilegal.
Los innovadores sociales están utilizando las herramientas de la Web 3.0, desde el blockchain a la tokenización, para construir organizaciones autónomas descentralizadas (DAO) de impacto, con objetivos regenerativos. La Agencia Espacial Europea trabajan para lograr un gemelo digital de toda la Tierra, lo que simular escenarios ambientales para informar las decisiones políticas. El 96% de las empresas líderes en cambio climático han establecido o están en proceso de crear alianzas y el 57% ya se han asociado con un competidor directo, según EY.
El mundo digital se está confundiendo cada vez más con el de la sostenibilidad, porque la eficacia de las medidas de gestión de los recursos naturales dependerá de la capacidad de las organizaciones para captar, almacenar y procesar datos. En asociación con el World Business Council for Sustainable Development (WBCSD), la organización Forum for the Future ha publicado el informe Business Transformation Compass, en el que va más allá de las definiciones tradicionales de “sostenibilidad” para reflexionar sobre un modelo de futuro “justo y regenerativo”.
Lo define como aquel en el que los sistemas sociales y ambientales prosperan; la salud planetaria se ha estabilizado rápidamente; los derechos humanos son universalmente respetados; se han adoptado formas más justas de crear y distribuir valor; y se apoya la resiliencia y la vitalidad entre generaciones y entre geografías.
Suena a declaración pomposa sin concreción, pero esta filosofía ha inspirado acciones muy concretas. El equipo de sostenibilidad de IKEA (Grupo Ingka) ha lanzado, por ejemplo, la estrategia People and Planet Positive. Su ambición en 2030 es conseguir que 1.000 millones de personas vivan “una vida cotidiana mejor dentro de los límites del planeta”. Para ello, sus servicios de energía limpia, disponibles en varios países, ofrecen energía solar doméstica, sistemas de almacenamiento de baterías y un servicio de suscripción de electricidad que utiliza energía solar y eólica.
Asimismo, el Grupo Ingka ha implementado 170 centros circulares en 26 mercados y ofrece repuestos para ayudar a los clientes a prolongar la vida útil de sus productos IKEA. Ha comenzado a probar la fórmula de consumo de muebles por suscripción y la apertura de tiendas que ofrecen sólo productos IKEA de segunda mano. Por último, IKEA es una de las empresas de restauración alimentaria más grandes del mundo con millones de clientes al año. En 2021, lanzó la carne picada a base de plantas VÄRLDSKLOK en 26 mercados y su bola vegetal HUVUDROLL está disponible en nuestros 32 mercados.
El movimiento de agricultura regenerativa en Estados Unidos nunca ha tenido tanto impulso como ahora. En 2020 y con financiación de la Fundación Walmart, y posteriormente de la Fundación VF y Nestlé, Forum for the Future inició el proyecto “Creciendo nuestro Futuro”. Reunió en él a más de 135 representantes de todo el sistema agrícola, para abordar los desafíos clave para acelerar la transición hacia la agricultura regenerativa.
Los Mercados de Servicios Ecosistémicos (MAS), en los que los productores pueden recibir un pago por los beneficios cuantificados y verificados proporcionados a la sociedad, se popularizan rápidamente como una posible solución a este desafío. “Hasta ahora, hemos aprendido que los mercados de servicios ecosistémicos desempeñan un papel esencial en la promoción de la agricultura regenerativa, pero no son una panacea. Específicamente, los mercados de servicios ecosistémicos aún tienen que diseñar plataformas de manera que reflejen (y aborden) la desigualdad social”, escribe el Foro.