Después de 25 años de experiencia internacional en transformación digital, José Ángel López Mayoralas, EMEAR sales enterprise strategist de Cisco Systems, sostiene al comenzar su intervención en Redit Summit 2023 que “los ecosistemas digitales tienen un impacto brutal en nuestras sociedades”.
“Tradicionalmente siempre hemos visto a las empresas como una fuente de generación de economía, de trabajo, pero cuando los ecosistemas digitales introducen elementos de desarrollo tecnológico todo esto va más allá”, añade. Por eso, “no podemos entenderlos como hemos hecho con las economías tradicionalmente”.
Destaca en ese sentido, cuatro áreas de incidencia fundamentales: una es el talento. “Cuando hay un ecosistema digital en una región específica o colaborando con otros ecosistemas, atraemos talento, pero también generamos talento y retenemos talento, se crea una mentalidad emprendedora. Los seres humanos la tenemos, pero se amplifica”, afirma López Mayoralas.
Además, “se genera una movilidad de talento entre ciertos nodos tecnológicos que lleva al siguiente punto, que es el del conocimiento, se desarrolla la capacidad de crear propiedad intelectual”.
“En los ecosistemas en los que he estado”, continúa el directivo de Cisco, “las universidades desempeñan un papel clave no sólo en la creación de talento, sino en la captura de este conocimiento. Cuando hablamos de la tecnología y de la región mediterránea, cuando hablamos de España, debemos tener más espacios de trabajo como este”.
A esto se añade la unión entre Universidad e inversores y la transferencia tecnológica hacia las empresas, “donde los institutos de REDIT desempeñan un papel fundamental”, según López Mayoralas.
Impulsar las economías
Hay diferentes formas de “elevar” las economías con los ecosistemas digitales. “En mi experiencia, podemos hablar de atracción de capital de capital riesgo y de inversiones hechas por empresas corporativas, así como la inversión en infraestructuras. Somos uno de los de los países de Europa más avanzados en infraestructuras digitales, tenemos que seguir con esa estrategia, seguir invirtiendo en estas infraestructuras de alta velocidad, no solo cables submarinos o satélites de baja órbita, sino también en la parte de ciberseguridad”.
Además, “en los ecosistemas de innovación se tiene que hacer mucha inversión civil porque llega a la gente menos cualificada”. Es un modelo de high value employment, en su opinión: “si el ecosistema digital es capaz de crear empleos de alto valor añadido, eso se va a ver inmediatamente compensado y transferido a nivel local, los negocios que atraen a estas personas van a crecer y se va a necesitar mejores restaurantes, colegios, servicios externos. Todo el sistema local de una de un ecosistema se beneficia”.
Por último, se propicia el “ascensor social”, en la medida en que “se genera un efecto de distribución del empleo”, gracias a su capacidad de atracción de talento y de generación de necesidades en las empresas que se instalen.
“Los ecosistemas digitales van a hacer las sociedades más inclusivas, van a dar más oportunidades a personas que, en otras situaciones, no las tendrían, van a acortar también el gap digital que existe en la sociedad y esos empleos de alto valor añadido van a contribuir con sus impuestos a la mejora social. Todo es beneficioso”, según López Mayoralas.
Muestra algunos datos sobre lo que ha estado ocurriendo en las transiciones tecnológicas. “Si miramos, en 1985, las empresas que movían la economía de Estados Unidos, eran todas relativas al petróleo, a la construcción, al retail. Ahora son todas empresas tecnológicas que han salido del Nasdaq y están en el Dow Jones. Las capitalizaciones de algunas de ellas llegan a ser más grandes que el PIB de muchos de los países de Europa”, afirma.
El crecimiento de los ecosistemas digitales se puede medir también observando los unicornios, empresas valoradas en más de 1.000 millones de dólares. “En Europa somos capaces de innovar y de crear esas grandes empresas de la nada”.
Tecnologías disruptivas
En un tiempo van a aparecer una serie de tecnologías totalmente disruptivas. “Todos sabemos lo que está haciendo la inteligencia artificial, cómo la computación va a ir cambiando nuestro modo de procesar los datos, la sostenibilidad, la energía. En el espacio, las comunicaciones, los satélites, los cohetes, van a abrir nuevas oportunidades de negocio y la biotecnología, la biomedicina y el avance de los materiales va a hacer que las que estos ecosistemas creen nuevas empresas, nuevos productos”, asegura López Mayoralas.
“El 70% de la investigación se hace en empresas corporativas”, añade. “Estos presupuestos de investigación son un ancla muy fuerte para los ecosistemas digitales. Seguimos necesitando la inversión público-privada, a los fondos de capital riesgo, seguimos necesitando dinero que vaya a la investigación académica”.
E invita a pensar “en lo que significaría para un ecosistema como el que tenemos aquí si, de repente, una empresa grande viniese y tuviera que hacer operaciones de investigación”. En su opinión, algo así “dinamizaría de manera muy rápida el ecosistema. Es como cuando una semilla ha ido creciendo y de repente le metes el fertilizante, crecería muy rápido.
“Se innova en todo el mundo, tenemos ciudades y clústers de innovación muy interesantes en función de los unicornios que se han ido creando”, sigue diciendo en su ponencia en Redit Summit. En el caso de España, “aunque no estemos todavía al nivel de Europa en la creación de unicornios, en la aceleración de los ecosistemas tanto en volumen de facturación como en retorno hacia la sociedad, tenemos una oportunidad tremenda”.
Según el directivo de Cisco, “hay muchos verticales donde la investigación y donde los ecosistemas desarrollan un papel. Nos falta más inversión, atraer corporaciones que hagan la investigación aquí y esas empresas irán creciendo”.
Más propiedad intelectual
López Mayoralas llama la atención acerca de lo que considera que es “un problema de nuestro país, comparado con otros ecosistemas digitales: la falta de patentes. No son fáciles de realizar, sobre todo en Europa, por temas de legislación, es mucho más fácil en Estados Unidos. Pero las patentes deben estar presentes en estos ecosistemas, porque protegen las inversiones de los que vienen de fuera. Es una diferenciación competitiva y estimula la creación de startups”.
Sostiene que “la valoración de una empresa y su valor va a depender mucho de las patentes. Si no tenemos, corremos el riesgo de que nos falte inversión, porque la gente que puede poner dinero en nuestras ideas no tiene la confianza absoluta de que se pueda proteger esa capacidad intelectual”. A esto hay que sumar los aspectos legales, “las patentes nos pueden también quitar muchos problemas que en un futuro nos va a costar mucho dinero”.
El directivo español apuesta por “poner semillas de ecosistemas importantes a lo largo del tiempo en los centros universitarios. En las universidades europeas muchos exalumnos han creado startups, y de éxito. Las universidades son la clave fundamental para crear esas ideas”.
Considera “extremadamente importante” el debate actual sobre la conexión de ecosistemas”. Se habla del “nuevo Palo Alto, un superclúster de ciencia que se extiende por Reino Unido, Países Bajos, Bélgica, Alemania y Francia”. En él, los principales centros de investigación “están a cuatro horas en tren”.
Gracias a ello, en ese espacio “la interacción entre investigadores, entre empresarios, entre gente que decide cómo invertir, se hace de manera muy rápida. Se observa, de hecho, una interrelación entre los unicornios que se han ido creando en estos sitios con esa interrelación y la interacción que tienen estas personas”.
